Cualquier persona, joven o adulta que escucha o lee en algún sitio la palabra automovilismo, por más interiorizada o ajena que sea a ese deporte, inmediatamente imagina una carrera entre autos, compitiendo a gran velocidad para lograr quien llega primero a la meta, con un público en las gradas contemplando la competición.
¿Será capaz esa persona de imaginar una carrera con un casamiento de por medio entre un piloto y su futura esposa antes de salir a correr, una General Paz colapsada, un show de paracaidistas y una fiesta de fuegos artificiales?
Lo descripto es una realidad y tiene cita cada año en el autódromo de la ciudad de Buenos Aires, conocida como “La Carrera del año”, esta vez en su tercera edición.
La expectativa del público frente a este acontecimiento, empiezó desde temprano, como si se tratara de un día laboral dónde un ciudadano pone su despertador entre las 6 y 7 am para concurrir a su trabajo.
Antes de las 10 de la mañana, el ingreso de gente colapsó, a causa de eso, estacionamientos y puertas de acceso fueron denegados por un tiempo determinado, a su vez Diego Aventin padeció a la multitud de gente, obligado a caminar 1.500 metros para llegar a tiempo, ya que la General Paz se encontraba con 4 km de atascamiento, finalmente las 72.000 personas pudieron presenciar el espectáculo.
Ya se habían casado el piloto Esteban Piccinin y Romina, previo a su carrera y habían transcurrido el show de fuegos artificiales y de los 25 paracaidistas poblando el aire con banderas y bengalas.
Salvo un susto por parte de Antonio Chemen, quién cayó del paracaídas y se recupera de las lesiones sufridas, la fiesta del año fue un éxito, otra vez.
¿Será capaz esa persona de imaginar una carrera con un casamiento de por medio entre un piloto y su futura esposa antes de salir a correr, una General Paz colapsada, un show de paracaidistas y una fiesta de fuegos artificiales?
Lo descripto es una realidad y tiene cita cada año en el autódromo de la ciudad de Buenos Aires, conocida como “La Carrera del año”, esta vez en su tercera edición.
La expectativa del público frente a este acontecimiento, empiezó desde temprano, como si se tratara de un día laboral dónde un ciudadano pone su despertador entre las 6 y 7 am para concurrir a su trabajo.
Antes de las 10 de la mañana, el ingreso de gente colapsó, a causa de eso, estacionamientos y puertas de acceso fueron denegados por un tiempo determinado, a su vez Diego Aventin padeció a la multitud de gente, obligado a caminar 1.500 metros para llegar a tiempo, ya que la General Paz se encontraba con 4 km de atascamiento, finalmente las 72.000 personas pudieron presenciar el espectáculo.
Ya se habían casado el piloto Esteban Piccinin y Romina, previo a su carrera y habían transcurrido el show de fuegos artificiales y de los 25 paracaidistas poblando el aire con banderas y bengalas.
Salvo un susto por parte de Antonio Chemen, quién cayó del paracaídas y se recupera de las lesiones sufridas, la fiesta del año fue un éxito, otra vez.
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